Okami^^ (Visitante)
| | "ITASASU" EN EL ABUSO DE SU INOCENCIA...
- Hoy tenía prácticas de shuriken y seguramente se habrá quedado un ratito más, ya no tiene que tardar mucho en llegar - escuché la contestación de mi madre en el cuarto de baño. Una inexplicable sensación de alivio me envolvió.
Al cabo de un rato, mi madre volvía para decirme con su sonrisa que ya podía meterme en la bañera, así que me levanté y me dirigí pesadamente, tras un seco "gracias", al cuarto de baño. Por el pasillo, ví a mi padre dirigirse hacia el salón caminando frente a mí, los dos andando tranquilamente y sin ninguna prisa. Nos cruzamos un instante en silencio y seguimos nuestros respectivos caminos. Pude oírle decir mientras nos dábamos la espalda "No lo olvides" y mi ceño se frunció, me puso de mal humor recordar lo mismo de nuevo. El clan Uchiha.
Me desnudé, tirando las prendas al cesto de la ropa sucia con violencia, pagando mi cabreo con esos trozos de tela que no tenían culpa ninguna de la sangre que corría por mis venas. Me deshice de la goma que sujetaba mi pelo, apartándome los mechones de mi cara mientras entraba en la caliente estancia llena de vapor. Fui hasta la ducha y me coloqué bajo ella, sintiendo el agua sobre mí cuando abrí el grifo. Levanté la cabeza para poder notar el tibio líquido transparente rodando por mi cara. Aquello era tan agradable. Con mis ojos cerrados, intentaba olvidarme del mundo que cada vez me molestaba más y más a mi alrededor. Mi pelo se mojaba. El agua recorría mi espalda, bajando hasta llegar a mi firme trasero, siguiendo por mis piernas. La relajante sensación de humedad en mi cuello, en mi pecho, en mis abdominales, en mi entrepierna... De repente, una voz me sacó de mi intento de desaparecer del mundo y fundirme con el agua. Un "ya estoy en casa" con una vocecita animadamente infantil y jadeante. Una sonrisa de mis labios.
Cerré el grifo y comencé a enjabonarme mientras escuchaba lo que ocurría fuera del cuarto de baño. Sasuke saludaba a mi madre con efusividad. A mi padre no lo saludó con tanto entusiasmo. Escuché cómo se despedía casi inmediatamente después de las palabras de Sasuke y se iba. Me hervía la sangre nada mas que por aquella actitud. ¿Acaso no tienes dos hijos? ¿es que Sasuke es invisible para ti? El hecho de que siempre estuviese pendiente de mí y se olvidase de mi hermano me mataba por dentro. Sasuke siempre se esforzaba por tener contento a mi padre, pero parecía que nada era suficiente para él...
Una nueva sonrisa en mi cara. Mi hermano preguntaba por su nii-san. Una sensación de bienestar me inundó en un instante al oír la alegría en la voz de Sasuke cuando mi madre le dijo que ya había vuelto pero que no me molestase porque estaba muy cansado. Él asintió animadamente. Me enjuagué y entré en la bañera lentamente, notando el agradable calor del agua en la que me introducía, sin poder quitarme esa vocecita infantil de mi cabeza. Mi hermano podía llegar a muy molesto a veces (todos los hermanos pequeños lo son, habla la experiencia ¬¬U) pero siempre conseguía hacerme sentir bien en el mundo que me había tocado vivir y que cada vez podía soportar menos. Era un instante de paz en mi interior. Esos ojitos negros que me miraban con admiración y envidia. Quería aprender de mí para no ser como yo. Sasuke. Cuando quise darme cuenta, mi mano estaba en mi entrepierna... subiendo y bajando sin parar...
Hasta los genios de 13 años tienen necesidad de masturbarse alguna vez y mi cuerpo necesitaba tanto un momento de relajación absoluta que no me negué aquel gusto desde luego. Empecé a dejar de prestar atención a lo que ocurría fuera del cuarto baño. Me concentré solo en lo que tenía en aquel momento en la mano y en la mente. Presión. Contracciones. Respiraciones entrecortadas. Sasuke. ¿Cómo podía estar pensando en mi hermanito de 7 años mientras me tocaba la polla? Ni yo mismo podía responderme a esa pregunta que me había hecho tantas veces, puesto que, lo más preocupante es que no era la primera vez que lo hacía.
El simple pensamiento de aquella carita inocente excitada. Su cuerpecito tan blanco y pequeño. Sus ojitos negros entrecerrados preguntándome en silencio "¿qué me haces, nii-san?" El ritmo de mi mano aumentaba. Mis ojos se cerraron por el placer que sentía cada vez más. Su cabello negro tan suave y bonito. Su vocecita de niño llamándome entre gemidos. Nii-san. Nii-san. Mi erección recibía más presión todavía por el frenético movimiento de mi mano. ¿Por qué? me preguntaba imaginando la cabecita de Sasuke hundida entre mis piernas, ¿por qué cada vez que hago esto me viene Sasuke a la cabeza? Su voz en mi cabeza. Nii-san. Nii-san...
- Nii-san, ¿puedo entrar? - abrí los ojos sorprendido y regresé al mundo real al oír la voz de mi hermano pequeño, que asomaba adorablemente la cabeza por la puerta del cuarto de baño.
- Sasuke...
- ¿Me dejas bañarme contigo? - me preguntó inocentemente con una linda carita que hizo que se me endureciera más la erección. Dudé. Pero una idea perversa e inconsciente pasó por mi cabeza...
- ¿Y mamá?
- Ha ido a hablar con una vecina y como sé que va a tardar... quería estar contigo - casi me lo comí por lo kawaii que se veía >///< -... pero tú nunca quieres estar conmigo... u_u
Sonreí sin darme cuenta y le hice un gesto con la mano para que se acercara a mí. Él, con una sonrisa se quitó la ropa, corriendo después hacia donde yo me encontraba (un niño de 7 años no iba a tener pudor ninguno con su hermano) y, haciendo el esfuerzo sobrehumano de no mirar su cuerpecito desnudo, le dí un golpecito en la frente como le hacía habitualmente sin que él lo pudiese esquivar. Se llevó una mano al lugar que le había golpeado y me miró como si estuviese enfadado... pero yo sabía que no lo estaba.
- Lávate antes de entrar en la bañera - le dije con tranquilidad.
- Hai - me sonrió.
Mientras Sasuke se enjabonaba, yo le miraba desde la bañera siguiendo con lo que estaba haciendo (y de lo cual, mi hermanito aún no se había percatado)... solo que ahora tenía el espectáculo en vivo. La blanca piel de Sasuke mojada, al igual que sus cabellos negros me llenaban de deseos de saltar sobre él y hacer realidad mis perversas fantasías. Pero tenía que aguantarme, aquello no estaba bien. Bastante sufrimiento le causaba ya a mi hermano como para provocarle encima un trauma por violación (nee, Itachi aún no se leyó el guión de la serie me parece a mí ^^U). Sin embargo, cuando Sasuke se disponía a entrar al baño conmigo, me miró la entrepierna y preguntó con curiosidad:
- Nii-san, ¿qué te ha pasado en el... ? Se te ha puesto grande y... de pie... - la inocencia de mi hermano me excitaban aún más.
- Eso es normal.
- ¿Normal? ¬¬
- Cuando juegas a algunas cosas, se pone así, es la forma que tiene tu cuerpo de decir que le gusta.
- ¿Un juego? - a Sasuke se le iluminó la mirada y entró al baño enseguida - ¿Cómo es? ¿Yo puedo jugar? - la excitación endurecía más mi miembro ante el interés de Sasuke.
Dudé un momento. No era lo mismo mirarle y pensar en él que enseñarle a masturbar a alguien. Solo tenia 7 años. Y era mi hermano pequeño. Quizás, esas cosas eran las que más morbo me daban de aquello... Mi madre había salido y estaba seguro de que tardaría bastante rato en volver (el marujeo de las madres con las vecinas). Mi padre estaba fuera de misión. Estábamos completamente solos en la casa. Tenía a mi pequeño e inocente Sasuke a mi disposición. Solo tenía que aprovecharme de su inocencia para cumplir mis deseos más ocultos y prohibidos. Un juego. Solo será un juego.
- Si quieres que te enseñe - le dije seriamente - vas a tener que prometerme que no se lo dirás a nadie, ni siquiera a mamá.
- ¿A nadie? - Sasuke estaba extrañado - ¿Por qué?
- Porque... será nuestro secreto - y me llevé un dedo a los labios en señal de silencio, sonriendo seductoramente (babas y demás fluídos) -. Esto es un juego de mayores y no se debe enterar nadie de que lo sabes, ¿entendido?
- ¡Entendido! ^^ - mi hermano estaba muy emocionado por aquello que le había dicho. Seguro que creía que ya le consideraba mayor como para enseñarle algo que su admirado nii-san no debía porque tenía demasiado nivel para su corta edad. Qué inocente. - ¿Qué tengo que hacer?
Ahora era yo el emocionado. Tuve que ocultar muy bien aquel sentimiento y pensé en cómo podría empezar. Sasuke estaba sentado frente a mí en la bañera, mirándome con sus ojitos impacientes y ansiosos de aprender. Notaba la felicidad de mi hermano por haber accedido a hacer algo con él. Aunque me tuviese envidia por el comportamiento de nuestro padre, sabía que me admiraba y que todo lo que pudiese aprender de su nii-san era poco para mejorar. Yo le miré profundamente, pensando en lo que estaba a punto de hacer. Voy a enseñarle a mi hermanito pequeño a hacerse una paja. Soy despreciable. Pero lo estoy deseando...
- Haz lo mismo que yo, Sasuke - me volvía a acomodar en la bañera y comencé a mover la mano en mi erección. Sasuke inclinó un poco su carita hacia delante para visualizar mejor lo que estaba haciendo. Ya no cerré los ojos, ahora me dediqué a mirarle a él. ¿Para qué imaginar si tenía aquella cosita preciosa delante de mí? Movía mi mano despacio al principio, observando cómo Sasuke se agarraba de la misma forma su pequeño pene (nee, que está en fase de crecimiento, deja que se desarrolle Itachiiii) sin apartar la vista del mío, comenzando a imitar el sube y baja que yo aumentaba cada vez que notaba su respiración agitarse.
- Nii-san - mi miembro se endureció instantaneamente al oír esa vocecita excitada -, se siente... raro >///<
- Si no te gusta - mi voz seria y entrecortada -, para.
- Es que - sus lindas mejillas comenzaban a ponerse rojas -... no sé... es raro >////<
Me estaba poniendo nervioso. ¿Cómo iba a ser "raro" el placer? Bueno, teniendo en cuenta la edad de Sasuke, una sensación tan nueva sí que podía llegar a ser rara. ¿Qué hago? me preguntaba a mí mismo, ¿debería decirle que lo dejara, que todavía era muy pequeño para estar haciendo eso? No, si le decía aquello, Sasuke se enfadaría y continuaría haciéndolo aunque no le gustase, simplemente por el afán de querer parecer mayor que tienen todos los niños a esa edad. Ya era bastante con lo que estaba enseñándole, así que tenía que hacer algo. Entonces, mi perversa mente tuvo una idea...
- Sasuke - me incorporé un poco y puse mi mano sobre la que él movía en su pequeña erección, haciendo que levantase su cara sonrojada hacia la mía... viendo la excitación en nuestros ojos -, ¿quieres hacérmelo ahora a mí?
- O//////O - mi hermano me miraba asombrado y emocionado. Seguramente pensaba que lo estaba haciendo tan bien que quería comprobarlo por mí mismo - ¿d... de verdad puedo... ?
Le afirmé con la cabeza mientras sonreía seductoramente y me eché hacia atrás, colocándome de nuevo apoyando la espalda cómodamente en el borde de la bañera. Sasuke se acercó tímidamente a mi excitada entrepierna y la miró un momento, como intentando asimilar lo que estaba a punto de hacer y que no se creía que pudiese ser posible. Sin saber por qué, alcé una mano hacia él y le acaricié sus suaves cabellos mojados. Mi hermanito levantó la cabeza y me miró sorprendido, sonrojándose aún más, mientras mi mano se deslizaba hacia abajo y acariciaba su húmeda carita mirándole a los ojos con seductora profundidad. Aquel tierno y sorprendente gesto por mi parte pareció infundirle confianza y miró de nuevo mi erección, acercando su temblorosa y blanca manita a ella.
Una enorme y placentera contracción me hizo estremecer al notar los pequeños dedos de Sasuke acariciando la punta de mi pene. Despacito, los bajó suavemente por toda la longitud, cómo intentando familiarizarse con aquella piel que jamás había tocado. Estaba nervioso. Yo también. ¿Aguantará mi deseo? me empezaba a preguntar preocupado, si el simple roce de sus deditos me estaba comenzando a hacer perder el control de mí mismo, ¿qué va a pasar cuando me lo agarre y comience a mover la mano? De repente, sentí una presión en mi miembro y tuve que ahogar un gemido que intentaba escapar de mi boca. Sasuke levantó la cabeza y me miró tenuemente alarmado por aquel sonido que había percibido, sin soltar mi erección. Yo le devolví la mirada.
- Sigue... Sasuke... - mi hermano se sonrojó y volvió a bajar la cabeza, comenzando a masturbarme despacio. Nuevos gemidos ahogados le hicieron parar y levantar la mirada hacia mí de nuevo. Mis profundos ojos negros se clavaron otra vez en los suyos - Tú sigue, Sasuke... sigue... - la mano de mi hermanito pequeño subía y bajaba despacio con aquellos placenteros sonidos luchando por salir de mi boca mientras sus ojos se posaban unas veces en mi entrepierna y otras en mi excitado rostro, que le observaba fijamente con mis oscuros ojos entrecerrados... cada vez más ebrio de placer y morbosa perversión - Más rápido... - susurré entrecortadamente. Sasuke obedeció y ejerció más presión sobre mi pene además de aumentar el movimiento. No podía aguantar tantísimo placer y tuve que cerrar los ojos. Era como un sueño hecho realidad. Mi pequeño Sasuke haciéndome aquello con tanta inocencia, como si fuese un juego -... más rápido... más... - le volvía a susurrar entre gemidos cada vez más difíciles de ahogar mordiéndome los labios sensualmente. Y cuando abrí un instante los ojos para mirar a Sasuke, lo que ví me hizo decirle... - Para, para Sasuke...
Su sonrojada carita no dejaba de mirarme excitada, olvidando la visión de mi entrepierna. La erección de Sasuke se había endurecido aún más por el simple hecho de contemplar la excitación en el rostro de su Nii-san. No podía más. Aquella expresión en la cara de mi hermano pequeño me desbordó y agarré su mano mientras le pedía que parase. Sasuke parecía creer que había hecho algo mal. Pero pronto le demostré que no era así...
- Nii-san, ¿por qué... ? - le interrumpí entonces.
- Ven aquí, Sasuke... - atraje con cuidado su blanco y húmedo cuerpecito y lo senté sobre mi vientre, quedando mi miembro justo detrás de su trasero. Sasuke no me oponía resistencia ninguna - Ahora me toca a mí... - mi hermano me miró un instante con extrañeza puesto que no sabía en un principio lo que le iba a hacer... pero cuando sintió mi mano sujetando su endurecido pene, comprendió al fin.
- Nii-san... - sus suaves gemidos diciendo mi nombre no me dejaban pensar en otra cosa que en el placer, haciéndome presionar y aumentar el ritmo de mi mano en aquella cosita blanca y tan dura que pertenecía a mi pequeño Sasuke. Y sin darme cuenta, me dejé llevar por el deseo y comencé a besar su cuello suavemente, provocando escalofríos en el cuerpecito que tenía sobre mí - Nii-san... ¿qué me haces?... >////<
Esa pregunta. Esa pregunta tan erótica para mí, dicha con esa vocecita infantil y entrecortada. Mis fantasías vividas al fin en la realidad. Los brazos de Sasuke me rodearon automáticamente el cuello cuando sintió mi lengua recorriendo su blanca piel. Su pecho desnudo y húmedo contra el mío. Más contracciones de placer. Notaba sus duros pezones sobre mi piel y no hacía más que calentar más y más mi cuerpo, haciéndome perder la razón y el control. Mi mano libre bajó hasta su trasero, acariciándolo antes de agarrarlo con lujuria. Sentí un pequeño espasmo de su cadera. Esa reacción me animó aún más a continuar y comencé a masturbar a Sasuke más rápido mientras mis labios subían por su rostro, oyendo sus excitantes gemiditos. Cuando tuve su sonrojada carita frente a la mía, nos miramos profundamente. Nuestros ojos negros. Nuestras respiraciones entrecortadas. Nuestras mejillas enrojecidas. Ambos llenos de deseo y de placer. Acortamos la distancia poco a poco, sintiendo el morbo y la timidez de aquello, y fundimos nuestros labios en un beso nada fraternal.
No pude evitar presionar con ansiedad su boca cuando sentí su cálido aliento tan cerca. Le besaba con voracidad, masturbándole con fuerza, mientras Sasuke intentaba seguir los movimientos hambrientos de mi boca torpemente. Colé mi lengua en un momento en que entreabrió esa cálida cavidad para dejar escapar un gemido y pareció sorprenderse tanto por aquello que intentó separarse de mí, pero yo no le dejé e intenté que se acostumbrara. No tardó mucho en imitar el movimiento de mi lengua jugueteando con la suya insistentemente. Un juego nada inocente pero imposible de parar en aquel momento. Sin embargo, yo ya estaba acercándome a mi límite y mi pasión estaba llegando más allá de lo que yo pretendí en un principio. La mano que sujetaba el blanco culito de mi hermano empezó a mover los dedos en dirección a su entrada...
- ¡Nii-san! - se le escapó en un sonoro gemido a Sasuke, cuando sintió uno de mis dedos penetrándole.
¿Qué estoy haciendo? me preguntaba a mí mismo lleno de dudas, se suponía que le iba a enseñar a masturbarse y hemos acabado en esto... Pero es que ya no puedo parar, no puedo. No está bien. Y sin embargo, estoy deseando sentirme dentro de él. ¿Por qué? ¿Por qué, Sasuke? A pesar de mis pensamientos en aquel momento, volví a apresar su boca y seguí moviendo mis manos. La derecha, en el pequeño y erecto pene de mi hermanito. La izquierda, sacando y metiendo dos de mis dedos en su estrecha entrada. Notaba el cuerpo de Sasuke sintiendo contracciones de placer sobre mí, al igual que el mío. Su interior se contraía y se relajaba. El tercer dedo consiguió entrar y seguí aquel movimiento de vaivén. Mis gemidos. Los gemidos de Sasuke. Su carita roja. Sus ojitos negros. Tenía que hacerlo ya.
- Sasuke, siéntate encima... - le dije, apartándole un poco de mi cuerpo y empujándole suavemente hacia atrás, para que su trasero pudiese rozar con mi erección y comprendiese lo que le estaba pidiendo. Él me miró un poco asustado.
- ... Nii-san (joder Sasuke, pareces un pokémon, todo el tiempo repitiendo lo mismo >__[b] |